lunes, 5 de mayo de 2014

Estadio Olímpico de Pekín

Este mes de mayo conoceremos la estructuras arquitectónicas construidas en los últimos 20 años y que han sido catalogados como obras por excelencia de la arquitectura, e iniciamos con el Estadio Olímpico de Pekín.

Este espléndido estadio, conocido popularmente como "nido de pájaro" por la maraña de piezas de metal retorcidas que conforman su estructura arquitectónica, se construyó con el objetivo principal de ser el escenario principal de las pruebas olímpicas de atletismo, las ceremonias de inauguración y clausura, y algunos partidos del Torneo Olímpico de Fútbol durante las Olimpiadas de Pekín 2008.



El estadio diseñado por los suizos Jacques Herzog y Pierre de Meuron, en colaboración con ArupSport y China Architecture Design & Research Group, resultó ganador del concurso internacional convocado en 2002, precisamente gracias a la original solución propuesta, inspirada en la trama de un nido y formada por una infinitas de ramitas y entrelazamientos que logró impresionar a un jurado del que formaban parte impresionantes profesionales como Koolhaas, Nouvel y Perrault.




Concepto

El diseño del estadio estuvo inspirado en la formación de los nidos de las aves, que curiosamente fue proporcionada por los ciudadanos, y que los arquitectos han logrado plasmar el concepto de tal manera -sobre su obra- que el proyecto se ganó el sobrenombre de “nido de pájaro”.

El diseño se basa en los nidos de las aves, no sólo a nivel estético sino también a nivel estructural, que desde el exterior imita las ramas entrelazadas de los nidos, que al trabajar en conjunto se logran resistencias inimaginables para cada elemento aislado.



En el centro del área que alberga también las demás estructuras olímpicas, el estadio parece estar posado como una astronave, con una silenciosa majestuosidad cuyo atractivo viene dado también por su forma ligeramente ondulada.




Lo que hace todavía aún más complejo este proyecto es el hecho de que la "malla" no es sólo envoltura y cubierta, sino que alberga también las escaleras y es fachada.
Los recorridos internos están “señalados” por elementos de pizarra y espaciados por sotillos de bambú, bloques de piedra y pequeños jardines cubiertos que reflejan algunos de los símbolos de la cultura china.

Estructura

El estadio tiene 330 metros de largo, 220 metros de ancho y 69 metros de altura.
El protagonista, entre los materiales, es sobre todo el acero del que están constituidas las diversas ramitas del nido; entre una y otra, una serie de “cojines” hinchables de ETFE (copolímero de etileno-tetrafluoretileno) hacen que desde el exterior el estadio devuelva una imagen acolchada.
El costo de la gran superficie de este material utilizado para la cubierta, fue de 8 millones de dólares.

El fuerte valor estético de este entramado está en  su función estructural de los elementos de metal que, encontrándose y entrelazándose, se sustentan recíprocamente. Aunque la impresión que produce es la de una disposición casual y casi natural, que hacen de los puntos de encuentro -de los diversos elementos y la dirección que asumen dentro del nido- sean fruto de precisos cálculos.
La estructura de acero tuvo que ser soportada por 176 gatos hidráulicos durante su construcción, mientras que la estructura no era capaz de auto sostenerse. Cada gato era capaz de sostener 300 toneladas, cada uno con una precisión de un milímetro. Más tarde los gatos hidráulicos fueron retirados a la vez para comprobar la estabilidad de la estructura del propio estadio.

Las especiales funciones de este estadio, que fue el principal escenario de las Olimpiadas del 2008, sugirieron hacerlo completamente cerrado. De hecho, en correspondencia con la zona central, el techo es una membrana transparente, a través de la cual pasa la luz procedente del exterior.

La parte restante de la estructura está cubierta por una capa translúcida que protege de los agentes atmosféricos y por una segunda capa que asegura el aislamiento acústico.
El conjunto de materiales que forman la estructura del complejo superan las 44.000 toneladas de peso.
La estrategia de diseño es tan potente y tan exitosa que se aplica también al diseño de las luminarias que rodean al estadio.

La arquitectura de Herzog y de Meuron, vulnera a los materiales y genera la aplicación de nuevas soluciones constructivas, incluso ha provocado que este proyecto se convirtiera también en una ocasión para la experimentación y la investigación, tanto en la fase “creativa” como durante su fase de obra.

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