El estilo minimalista se establece
a partir de líneas puras en el diseño de muebles, a la vez que se apuesta por
figuras geométricas y colores neutros, con la finalidad de crear ambientes
serenos, uniformes y que transmitan bienestar.
Este estilo nace por la necesidad
de renovar el estilo propio de los años 80’ y para despojar objetos
innecesarios de los ambientes y crear una atmósfera de paz y tranquilidad.
Las paredes,
los suelos, las superficies y la luz sirven
ellos mismos para representar la decoración. Esto se debe a que los creadores
minimalistas reducen al máximo los elementos propios del arte, los volúmenes y
formas en escultura.
En la pintura, la arquitectura o la decoración,
su intención es condensar en escasos elementos sus principios artísticos y
reflexiones. El estilo minimalista, permite extraer todos matices esenciales de
nuestra sensibilidad y de nuestra inspiración.
Lo individual de la obra de arte, la privacidad, una conversación
conceptual entre el artista, el espacio circundante y el espectador. Así como
la importancia del entorno como algo esencial para la comprensión y la vida de
la obra.
El estilo minimalista es indicado para todos los amantes de la simplicidad, de la serenidad y de la sobriedad, con sus líneas puras, formas geométricas y una fusión de lo étnico con lo moderno.
El equilibrio y la armonía están siempre presentes y se logra así un sentimiento de sosiego y "oasis" dentro del estrés que suele predominar en la vida ciudadana.
Cada mueble se elige en cuestión de su función y de su utilidad, sin sacrificar por ello la comodidad. Pocos accesorios hacen falta en una decoración minimalista. Una flor, algunas frutas, un objeto basta si se está bien colocado.
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